La enfermedad de Willis-Ekbom o síndrome de las piernas inquietas es uno de los trastornos neurológicos más frecuentes en la actualidad.
Aunque gran parte de la población desconoce los efectos del síndrome de las piernas inquietas, en realidad se trata de un importante trastorno neurológico.
Muchas personas confunden la severidad de este trastorno, debido a su característico cosquilleo en las extremidades. Sin reconocer que se trata de un síntoma clave de esta enfermedad la cual produce una necesidad impulsiva de mover la piernas.
El síndrome de las piernas inquietas puede afectar a cualquier persona sin importar su sexo o edad e incluso no distingue entre el día y la noche. Por lo que puede interferir en las horas de descanso del afectado. Es gracias a ello, que también se le considera como un trastorno del sueño.
Esta enfermedad no posee una medida de malestar en general, dado que existen pacientes quienes presentan síntomas leves del trastorno. Mientras que otros afirman experimentan dificultades para dormir, permanecer sentados además de irritación y un mayor agotamiento físico y mental.
Se trata una enfermedad crónica que carece de cura y que afecta a más del 10% de la población mundial. Normalmente suele aparecer entre los 40 y los 45 años aunque también puede manifestarse durante la niñez.
Los pacientes afectados experimentan sensaciones de hormigueo en sus extremidades inferiores aunque también se puede experimentar en los brazos. Dicho malestar es similar a pequeñas descargas eléctricas bajo la piel.
El cosquilleo característico del trastorno del síndrome de las piernas inquietas suele manifestarse durante la tarde y más intensamente durante la noche. Cuando el afectado se encuentra en reposo sentado o acostado, es por ello que los pacientes suelen mover sus piernas para liberarse de la sensación de hormigueo.
El síndrome de piernas inquietas
Aunque el origen del síndrome de piernas inquietas es desconocido, diversos estudios señalan la influencia de la genética y del sistema nervioso en el trastorno. Entre los factores que pueden producir su aparición se encuentra el consumo de medicamentos antipsicóticos, antidepresivos o antihistamínicos.
Igualmente, la anemia ferropénica (déficit de hierro), la insuficiencia renal y la diabetes pueden llegar a producir la presencia del síndrome.
En la actualidad no existe una cura definitiva para el síndrome de las piernas inquietas debido a la diversa posibilidad de su origen. Aunque existen diversos tratamientos que pueden ayudar a sobrellevar este malestar.
Debido al insomnio agotamiento y nerviosismo mental que produce esta enfermedad, se recomiendan los baños con agua fría o agua caliente, los masajes de las piernas, el uso de almohadillas vibratorias e incluso fármacos. Con el objetivo de controlar el impulso de movimiento en las extremidades y así facilitar una noche de descanso para los afectados