La labor de un rescatista requiere de gran determinación, fortaleza, voluntad, carisma, cariño y entusiasmo para brindar ayuda y consuelo a los animales.
Muchas personas desconocen la ardua labor que realiza un rescatista, dado que su trabajo permanece en gran parte oculto de la vista del público curioso.
Los rescatistas son figura de gran valor dentro de los santuarios de vida silvestre dado que son espacios que albergan a aquellos animales que carecen de las herramientas, destrezas y conocimiento para cuidarse, alimentarse y desarrollarse por su cuenta.
Por lo que son animales -mayormente jóvenes-, que requieren de la intervención del ser humano como una figura guía y paternal dentro de sus vidas. De esta forma cada rescatista se encarga del cuidado, alimentación, desarrollo y atención de los especímenes que residen en dicho santuario.
La dedicación y entrega que un rescatista requiere para cumplir con sus labores, le convierten en una figura de gran importancia dentro de los santuarios. Dado que son quienes se aseguran de brindar la sensación cálida y hogareña a las crías residentes de sus espacios, una sensación que facilita el desarrollo de los animales y su posible reincorporación dentro de su hábitat natural o en un zoológico.
Rescatista se disfraza para brindar mayor confort a una cría huérfana
Recientemente la historia de un rescatista en Kenia representó el mejor ejemplo de la completa dedicación que caracteriza a los rescatistas que se dedican al cuidado y protección de los animales en los santuarios.
Y es que un rescatista del santuario animal Sheldrick Wildlife Trust en Naribobi, Kenia se enfrentó a la trágica situación de una cebra huérfana recién llegada al recinto. La cría y su madre habían sido perseguidas por un león, que causó la muerte de la madre, aunque la pequeña logró escapar de su fatal destino.
Con la ayuda de unos pastores, la cría huérfana arribó al santuario para recibir los cuidados, espacio, alimento y atención necesarios para garantizar su crecimiento y posible regreso a la naturaleza. Sin embargo, debido a la reciente y traumática experiencia, un rescatista decidió intentar una nueva estrategia para facilitar la interacción y ganar la confianza de la pequeña cebra.
Con el objetivo de hacer que la cebra llamada Diria, se sintiera a gusto en su nuevo hogar y con los cuidadores del santuario, un rescatista decidió vestirse de rayas para ayudar a la pequeña a sentirse en confianza. De esta forma los demás cuidadores del santuario imitaron esta curiosa técnica que simulaba la apariencia típica de las cebras.
En una publicación de la red social Facebook, el santuario explicó: “Las crías de cebra se apegan al estampado de rayas de su madre y esta apariencia le permite a Diria actuar como hubiese sido lo natural, sin que sienta que se está apegando a ninguna persona”.
Esta técnica permite que la cebra pueda regresar en un futuro a su hábitat natural al sentir que siempre estuvo rodeada de otras cebras. Y no sentirse afectada por el cambio de los individuos de su entorno. Dado que para Diria, desde su llegada al santuario, siempre ha estado bajo el cuidado de su madre y no de un rescatista humano.
“Un equipo de cuidadores le dan ahora a Diria la ayuda que necesita las 24 horas del día, para que tenga las máximas posibilidades de sobrevivir,” declaró un representante de Sheldrick Wildlife. Según quien este ingenioso plan ha generado resultados positivos en el tratamiento de la pequeña huérfana.
Sin duda una clara demostración del esfuerzo y trabajo que realizan los santuarios y cada rescatista dentro de sus espacios para brindar la mayor comodidad para los animales residentes.