A todos nos encantan esas personas que abrazan con la mirada. Las que no necesitan palabras para poder expresar lo que sienten, ya que son capaces de acompañar en los momentos más duros.
Tan solo con el brillo de su mirada transmiten un sinfín de emociones que nos ayudan a poder recoger los pedazos rotos. Sin la necesidad de exigirme, sin presionar, tan solo nos acompañan.
Esas personas con magia, las cuales son definidas por su buen corazón. Son la expertas en despertar esa calma y especialidad en ayudar a brillar, volar y contagiar toda la buena vibra con esa luz. Son amigas de la esperanza y la bondad, por sobretodo del amor hacia los demás.
Estas personas abrazan con la mirada son de admirar. Son ejemplos a seguir y el más preciado tesoro.
Especialistas en atraer luz a nuestra vida con su mirada
Las personas que nos abrazan con la mirada no solo se diferencia por esa magia, sino que su luz es un signo que las identifica. Por lo que, la radiación de bondad brilla a kilómetros de distancia, gracias a su vibración anterior.
Su especialidad es el poder detectar los días nublados de los demás, poca alegría, donde la motivación se ha marchado y la tristeza se ha apoderado.
Ahí es cuando entrar las personas que abrazan con la mirada, ya que saben escuchar porque esta es una de sus mejores estrategias para poder conectar con lo demás.
Estas personas llegan para iluminar tu oscuridad, ayudando a encender nuestra luz interior, puesto que saben del conocimiento de los nublados que son muy necesarios, para nuestro día a día.
Tanta es la paciencia que estos poseen, que transmiten ese sentimiento de libertad y margen de error. Además de empatizar con las historias de los demás, esto los hace que parezcan seres de otro planeta.
Las personas que abrazan con la mirada, llegan a ser inolvidables. Debemos cuidarlas, para que siempre estén presentes en nuestras vidas.
Aunque si afecto sea de manera infinita, se merecen también recibirlo de nuestra parte. Por eso, tienes que tener presente siempre que debemos cuidar a quién nos cuida, porque se lo merecen y también porque lo necesitan.