Los cubrebocas desechables están contaminando las playas de Hong Kong

La amenaza del coronavirus en el mundo produjo un rápido incremento del uso de mascarillas y cubrebocas como medida preventiva para evitar el contagio.

En algunos países asiáticos, el cubrebocas forma parte del uso diario como una herramienta que previene el contagio de gripe y otras enfermedades.

Sin embargo a partir de inicios de este año, con la creciente amenaza del coronavirus a nivel global, los cubrebocas se convirtieron en un accesorio vital para gran parte de las naciones.

Por lo que de ser un accesorio preventivo o estético, las mascarillas se han convertido en una importante herramienta contra esta nueva enfermedad. De forma que su demanda en el mercado incrementó hasta el punto de agotar su existencia en muchos supermercados, tiendas y abastecimientos.

Debido a la creciente necesidad de usar a los cubrebocas, mascarillas, gel desinfectante y toallas desechables como instrumentos para resguardar la salud. Especialmente, ante el alto riesgo de contaminación existente en la actualidad, gracias al Covid-19, declarado recientemente como una pandemia mundial.

Los cubrebocas: Una protección a la salud que amenaza al medio ambiente

Aunque para muchas personas los cubrebocas en la actualidad, representan una gran barrera entre las personas contagiadas y aquellas saludables. El incremento en la venta de los cubrebocas también ha causado efectos negativos en el medio ambiente.

Así lo denunciaron un grupo de ambientalistas en Hong Kong, donde advirtieron sobre los importantes efectos negativos que los cubrebocas desechables causan en la naturaleza. Y su grave impacto que representan para la vida marina, los ecosistemas y los hábitats naturales del país.

Debido a los cientos de cubrebocas desechables usados como medida contra el  reciente brote de COVID-19, los cuales se acumulan en las playas y senderos naturales de Hong Kong. Por lo que la suma de estos desechos representa un grave peligro para los animales, el medio ambiente y por ende, al ser humano.

Especialmente considerando que muchos de los usuarios de las mascarillas desechables, no son procesados correctamente tras su uso. Por lo que terminan acumulados en el campo o en el mar, donde los animales logran confundirlos con alimento.

De ahí el foco de preocupación de los ambientalistas, quienes denuncian que el incremento del uso de los cubrebocas, han contribuido al problema de contaminación ambiental.