Las personas se definen por sus comportamientos, no por sus palabras

Al conocer los comportamientos a alguien nuevo, existen ciertos aspectos que sirven para formar una idea previa del tipo de persona que es según el cómo actúa, sus prioridades, intereses o actitudes

Igualmente importante, son los comportamientos, y es que este, puede llegar a generar una gran sorpresa o decepción, dado que muchos individuos utilizan las palabras y un discurso perfecto para atraer a las personas de su entorno al tiempo que disimulan u ocultan su verdadera actitud y conducta.

Sin importar cuantas mentiras una persona cuente, su verdadera cara se muestra mediante las acciones que realiza, y es que como reza el dicho “por la boca muere el pez”. A veces las personas tienden a emitir un discurso complaciente para el entorno en el que se desenvuelve, aunque en su interior, piense de forma opuesta.

Es precisamente este sentimiento contradictorio el cual tarde o temprano se reflejará mediante sus acciones y su comportamiento, incluso de forma inconsciente. Y es que una acción vale más  que mil palabras y nuestra forma de actuar es capaz de definirnos mejor que cualquier discurso ideal que podamos expresar.

Los comportamientos te definen

Incluso existen individuos quienes creen tanto en sus propias palabras al punto de fabricar una imagen perfecta de ellos mismos, sin querer aceptar la dura realidad, que puede distar totalmente, de la fantasía creada dentro de su mente.

Este hecho se relaciona con el deseo ferviente de muchas personas de vivir vidas perfectas, brindando siempre las opiniones y soluciones perfectas, conviviendo con una falsa sensación de armonía y felicidad. La cual se traduce en un pensamiento hipócrita. Al preferir actuar y comportarse de cierta forma, aunque esta internamente pueda causarnos rechazo e incluso disgusto.

Es vital aprender que no todas las personas son perfectas, -aunque así lo aparezcan-. Todos los seres vivos comenten errores, actúan de forma incorrecta en algún momento de su vida y se equivocan. Este proceso, no disminuye su valor como individuo. Al contrario, le brinda la experiencia y el conocimiento que dicha persona necesita, para crecer y aceptar sus errores y victorias.

Que no te asuste desconocerlos

Las personas no son fichas blancas o negras, al contrario. A lo largo de la vida, cada individuo va recolectando experiencias y aprendizajes que tiñen de colores su camino. Y es precisamente debido a esta complejidad, que resulta difícil ser objetivos al valorar a otro ser humano basándose en sus acciones o comportamiento.

Es importante aprender a visualizar los hechos y aprender de los comportamientos de los demás. A veces la venda sobre los ojos no es imaginaria sino autoimpuesta, al no querer aceptar. Hemos otros pueden llegar a defraudarnos o herirnos mediante su accionar. Además del impacto que genera, el haber depositado nuestra confianza en las palabras de la persona equivocada.

Llegando incluso a sentirnos responsables por los errores cometidos por otros. Pese a no estar involucrados ni tener conocimiento sobre el motivo que condujo a la otra persona a actuar de cierta manera.