Todos los individuos poseen un objetivo, sueño o meta el cual marca el sentido y la razón detrás de sus esfuerzos, trabajo duro, entrega, sacrificio y constancia.
Aunque a veces, las circunstancias hacen que las personas experimenten la pérdida del sentido de su vida, lo que lleva a una existencia vacía y sin motivación.
Normalmente esto se debe a las experiencias -positivas y negativas- que tiene cada individuo, las cuales pueden influenciar en su mentalidad, hasta el punto de hacerle olvidar el camino que había establecido para su crecimiento y desarrollo.
El ser humano por naturaleza suele evolucionar y crecer teniendo como base principal un objetivo, necesidad o meta, que marca el sentido de su vida. De esta forma se orienta y encuentra la fuerza para trabajar de forma incansable mientras persigue aquello que desea alcanzar, lograr u obtener.
Sin embargo el fracaso, la competencia, el agotamiento y los resultados obtenidos pueden influir de forma negativa cuando se trata de orientar tu vida hacia un determinado objetivo. Dado que lentamente pierdes de vista aquella meta que te incentivaba a seguir intentándolo una y otra vez y pasas a vivir sin un motivo detrás de sus acciones.
Este pensamiento se debe a que las circunstancias y las vivencias pueden arrojar a las personas a un estado mental donde las preocupaciones y la angustia le impiden disfrutar de su presente. Así lo explicó el neurólogo y psiquiatra austríaco Viktor Frankl.
Quien utilizó sus experiencias en un campo de concentración como ejemplo y base de su psicoterapia, la logoterapia. Según la cual, la voluntad de sentido de un individuo debe ser su mayor motivación e interés. Dado que su ausencia, es sinónimo de llevar una existencia desnuda.
La importancia de encontrar el sentido en la vida
“La valoración de uno mismo es el punto de partida en la búsqueda del sentido”
Viktor Frankl
Para Frankl, el encontrar el sentido de la vida es sinónimo de encontrar la esencia que te representa y define como individuo. Dado que a partir de este descubrimiento, es que las personas marcan su propio camino en búsqueda de alcanzar esa meta que tanto anhelan.
Según la explicación del psiquiatra, la felicidad que experimenta una persona al lograr un sueño, no se debe al sueño en sí. Sino al camino que recorrió, las experiencias, recuerdos, vínculos, caídas y victorias que obtuvo gracias su dedicación, sacrificio y constancia.
Es por ello que las personas que pierden de vista el sentido de su vida, suelen tener una existencia vacía. Debido a que carecen de alguna motivación detrás de sus acciones, y carecen de una razón para crecer y mejorar como individuos en el ámbito personal, social o familiar.
El establecer un objetivo o meta es la forma más fácil en la que el ser humano encuentra un motivo y razón para seguir avanzando, mientras adquiere conocimiento y experiencia de cada vivencia que tiene.
De esta forma incluso ante el fracaso encuentra en sí mismo la fortaleza y la valentía para enfrentarse a los obstáculos presentes en su camino. Crea nuevos lazos, disfruta de las victorias, llora con el fracaso y se mantiene en movimiento siempre detrás de aquello que desea y le empuja a mejorar.
Establecer el sentido de la vida para Frankl, representa así, un paso fundamental que todas las personas deben realizar para disfrutar a plenitud de su propia vida. Dado que al perder el camino, sentimientos como la frustración, suelen apoderarse de la mente, e impiden el desarrollo y crecimiento de los individuos.
Las personas que se aferran a sus sueños y objetivos suelen experimentar una vida con mayor felicidad y recompensa. Debido a que se nutren y crecen a través de las experiencias y de los encuentros que les depara su camino. Lo que a su vez se traduce en una mayor satisfacción y orgullo al lograr cumplir con alguno de sus metas.