David Glasheen es un antiguo millonario que desde 1997 se mudó a la Isla de la Restauración frente a la costa norte de Australia en completa soledad.
El antiguo millonario corredor de bolsa luego de una gran pérdida decidió mudarse a la isla desierta en búsqueda de una cambio positivo para su vida.
El australiano de 76 años antiguamente era un magnate con una fortuna estimada en más de 25 millones de dólares, con una vida llena de lujos y placeres. Sin embargo, debido a la crisis el hombre perdió todo su dinero y los privilegios que había adquirido e incluso causó el abandono por parte de su mujer.
En medio de un estado de desconcierto y pérdida, el ex millonario visitó la zona noreste de Australia que le cambio la vida por completo. Dado que se encontró con la isla desierta de 30 hectáreas llamada Restauration Island, de la cual se enamoró por completo.
Sin embargo para poder disfrutar del hermoso paisaje de la isla, Glasheen debía cumplir con dos condiciones importantes. La primera un alquiler de 14.000 euros al año y la segunda, el fabricar instalaciones y espacios para incentivar el turismo en la zona y atraer un mayor número de visitantes.
Un acuerdo que David aceptó de forma inmediata, por lo que salió en búsqueda de dinero para pagar el alquiler y tres años después en 1997 se mudó oficialmente a la isla. Con tan solo un bolso, 2 pantalones cortos, 3 camisas, una antorcha, un cepillo de dientes y pasta y libros el antiguo millonario dio inicio a su nueva vida en soledad donde permanece hasta el día de hoy.
Encontrar la felicidad en una isla desierta
Aunque su comienzo en la isla hace 23 años se originó por la grave desgracia que le robó la vida que conocía en el pasado. En la actualidad David Glasheen afirma vivir más feliz que nunca, pese a contar con la única compañía de su perro y la visita esporádica de turistas que navegan las aguas cercanas en yates privados.
El antiguo millonario cada cierto tiempo monta su bote para visitar el mercado en Cairns y abastecerse de productos enlatados y artículos de limpieza e higiene. Mientras que para su alimentación, recurre a lo que la naturaleza le provee, disfrutando de las delicias del mar así como las frutas originarias de la isla.
Acompañado de una red para pescar, piedras para encender fuego y un cuchillo de monte, Glasheen describe su rutina de caza como vivir en Jurassic Park.
En cuanto al entretenimiento dentro de la isla, David se encargó de crear un arsenal de buenos libros para mantener la lectura como una actividad frecuente de su día a día. También realiza juegos de mesa como una forma de conservar la mente activa y en forma, sin dejar que la soledad le afecte.
Aunque para este aspecto, el ex millonario cuenta con dos maniquíes (Miranda y Phyllis) y su fiel perro, Zeddi, quienes forman parte de su pequeña familia en su paraíso. Pese a que no descarta su interés en conseguir una «buena dama» para hacerle compañía.
Con el objetivo de entretener a sus posibles visitas, Glasheen construyó un bar en la isla donde ofrece una amplia variedad de licores y vinos. Además, posee un kit personal para la elaboración de cerveza artesanal, una de sus especialidades.
En cuanto al estado actual de cuarentena, el hombre hizo énfasis en disfrutar de la compañía de los seres queridos y animales, dado que a su juicio no existe otro bien con un valor semejante. Por lo que ni el dinero ni el internet o las redes sociales, deben ser más importantes que la familia, pareja o amigos.
Por su parte afirmó que “Quiero morir aquí. ¿Dónde más podría hacerlo? Es mi paraíso en la Tierra”. Sin duda, un paraíso que el antiguo millonario no pretende abandonar, dado que para él es la mejor representación de libertad y felicidad.