Muchas veces las madres confunden el acto de abrazar con el de malcriar sin saber que su toque es capaz de ayudar a sus hijos a desarrollar sus emociones.
Los niños por naturaleza suelen ser individuos receptivos que requieren del contacto físico de sus seres queridos como refuerzo positivo y expresión de comprensión.
De esta forma los abrazos y caricias así como otras demostraciones de amor, interés y atención de una madre son un bálsamo para el alma de los más pequeños de la casa y representan un elemento fundamental para su crecimiento y desarrollo como individuo.
Dado que a través del contacto físico positivo y las manifestaciones de afecto, cuidado y atención, un niño es capaz de experimentar un vínculo directo con sus seres queridos. Al establecer un lazo a través del cual es capaz de transmitir y recibir sentimientos, emociones, conocimientos y aprendizaje.
Es por ello que el acto de abrazar es tan importante dentro del proceso de crianza de todo niño, ya que esta es una de las demostraciones físicas de mayor impacto. Cuya presencia o ausencia es capaz de generar un grave impacto (positivo o negativo) en el desarrollo emocional de los niños y en su comportamiento al alcanzar la adultez.
Motivado a que a través de los abrazos los niños experimentan un contacto directo con sus padres y perciben su cariño, apoyo y consuelo. De esta forma, el brindar un abrazo no es sinónimo de malcriar, sino una clara demostración de afecto que sirve como refuerzo emocional entre los niños y sus seres queridos.
La importancia de abrazar en los niños
Para los niños, los abrazos son una de las formas más tangibles de experimentar el cariño de su entorno, dado que es una acción con gran impacto en su crecimiento y en la forma en la que se manifiesta y expresa.
Un estudio sobre inteligencia afectiva destacó la importancia de combatir el dolor psicológico y emocional en los niños. Un malestar que los pequeños experimentan al sentir inseguridad o temor, y que calmarse mediante el acto de abrazar y consolar a los pequeños durante los momentos de necesidad.
De esta forma mediante los abrazos, se contribuye a un desarrollo emocional saludable en los niños al permitirle expresarse y brindar el consuelo y atención ante sus momentos de dolor. Al abrazar de forma constante a sus hijos, los padres facilitan que los pequeños comprendan con mayor profundidad sus sentimientos y emociones, además de descubrir la mejor alternativa para enfrentarse al dolor.
La salud emocional de los niños juega un papel importante en la crianza, el cual suele ser ignorado en muchos hogares al momento de educar a los pequeños. Y cuyo impacto puede llegar a ser bastante difícil de corregir durante la adolescencia y la adultez, debido a su gran efecto sobre el comportamiento, personalidad y actitud del individuo.
Es por ello que se recomienda abrazar a los niños con frecuencia, ya que de esta forma es posible brindar consuelo y cariño, al tiempo que tu hijo se siente amado y escuchado.
Por lo que es considerado el mejor tipo de refuerzo emocional y físico para los jóvenes, incluso ante las reacciones negativas de los niños. Dado que contrario a la creencia popular, el abrazar ante los momentos de llanto no es señal de malcriar, sino de ayudar a canalizar, gestionar y comprender sus emociones, sensaciones y molestias de forma correcta.
A través de los abrazos los niños desarrollan una mejor conciencia de sus propias emociones y son capaces de manejar las crisis y los momentos de tensión con mayor facilidad y comprensión de sí mismos. Lo que facilita su crecimiento personal, profesional y social.