El mundo se encuentra lleno los llamados héroes anónimos o valientes, estos son individuos desconocidos que protagonizan auténticas gestas privadas al sobreponerse ante cualquier adversidad.
Obviamente, todos conocemos a alguien que admiramos por el simple hecho de que hemos sobrellevado de forma estupenda lo llamado hecho traumático. Por lo que ha superado alguna pérdida, enfermedad o separación. Simplemente por su actitud frente a problemas que presenta la vida.
Sin embargo, todos hemos recogido nuestros pedazos rotos y nos hemos reconstruido nuevamente. Aunque el aprendizaje se obtiene de estos momentos que no siempre viene de un libro.
Por esta razón, hay una serie de conocimientos que uno mismo adquiere a la fuerza y sin que tenga otra opción, aparte de ser valiente.
Somos más valientes de lo que se piensa
El cerebro es muy resistente al cambio. Por lo que, nos gusta demasiado los hechos improvistos o algún cambio de sentido de nuestras vidas. Sin embargo, nosotros disponemos de muchas herramientas psicológicas para afrontar las dificultades.
Como lo es:
- Nuestra supervivencia garantiza nuestro instinto natural.
- Muchas veces somos vulnerables ante un problema.
- Importante reconocer la propia vulnerabilidad para ser valientes y fuertes.
- Debemos aceptar nuestro dolor presente, siendo un modo esencial.
Aunque si niegas aceptar lo que ha pasado y es incapaz de poder sentir la vulnerabilidad, lo que tardará mucho más tiempo en superar lo sucedido.
Batallas para afrontar la soledad
Al momento de superar cualquier situación adversa que nos vendrá muy bien el apoyo emocional y social de cualquier persona que queremos. A pesar de que, hay que tener claro que somos nosotros mismos quienes hemos de dar el paso.
Es importante recordar que de nosotros depende tener esa voluntad, de poder cuidarnos como merecemos y poner los mecanismo para el cambio hacia al bienestar.
Ten presente que nadie puede llorar por nosotros. Solo nosotros podemos inyectarnos fuerzas para hacer que nos levantemos día a día, para poder cambiar de hábitos y encontrar así la fuerza que necesitamos.
Estos nos pueden guiar, orientar y animar la responsabilidad de seguir adelante siempre es nuestra.
¿Aprendizaje constante? La vida
Cada momento vivido es un aprendizaje, tanto en los momentos de calma y felicidad, como en esos momentos de instantes de caos emocional y tormenta.
Por ello, es importante sentirnos orgullosos por todo lo que se ha conseguido. Por eso, sentirnos dignos por cada cosa que tenemos, por lo que nos define y da forma a la hermosa persona que hoy se refleja en nuestro espejo.