Serás feliz, dijo la vida, pero primero te haré fuerte

La vida te hace fuerte antes de brindarte esa felicidad y estabilidad que tanto haz estado buscando, presta atención porque esto cambiará tu vida

En nuestra vida es muy normal que se nos presenten una gran cantidad de problemas que nos hagan perder la cordura o incluso hasta las ganas de querer seguir viviendo, la vida muchas veces se las propone para que nosotros suframos.

Muchas personas saben que la vida es algo duro, puede que tengamos todo pero las cosas no siempre salen tal y como las esperamos y debemos ser conscientes de ello y soportarlo hasta más no poder y veremos cómo resulta.

Muchas veces nosotros queremos que todo nos salga bien y así nosotros logremos nuestra total y plena felicidad sin embargo esto es algo terrible, muchos de nosotros tenemos que pasar por situaciones difíciles para lograr lo que queremos.

Esto es algo muy común y por eso queremos compartir contigo este post el día de hoy,, una reflexión que te ayudará a entender las cosas, entender el sentido de la vida de una mejor manera así que sigue leyendo este post.

Maravillosa reflexión de la vida y como esta te hace fuerte

Todos queremos alcanzar la felicidad sin embargo esto no lo lograremos tan fácilmente, la vida nos hará pasar por situaciones difíciles hasta que aprendamos que para ser felices hay que luchar y solo así lo lograremos.

La reflexión de hoy dice así.

Serás feliz, dijo la vida, pero primero te haré fuerte. Primero te convertiré en alguien resiliente, haré que renazcas. Te ayudaré a sostener los bandazos, a remar contra el viento y la marea, a aprender y a abrir suavemente el tesoro que es la fortaleza emocional.

Yo que soy la vida me conformo de buenos y de malos momentos, de muchas dificultades y de oportunidades, de momentos que son especiales y de otros que no lo son tanto, que dejan huella, y cicatrices, me compongo de compañía, de ansiedad, de sosiego y de sabiduría que luego reflejaremos en el caos.

Me compongo de todo esto para que examinemos nuestra historia y así comprendamos que todo lo que vivimos hace parte de nosotros, de quienes somos, de nuestra personalidad, el dolor de las heridas que nos construyen, nos ayudan a aceptar, a afrontar las adversidades e incluso a transformarlas.

Nunca sabemos lo fuertes que podemos ser hasta que ser fuertes es la única opción que nos queda.

La experta en duelo Elizabeth Kübler-Ross, dice que las personas más hermosas son aquellas que conocen de fracaso, de derrota, sufrimiento, la lucha, la pérdida y aun así han salido de las adversidades, desde lo más profundo, estas son las personas que comprenderán y apreciaran la vida con sensibilidad, son personas que nos llenan de compasión, humildad e inquietud amorosa.

Para darte un mejor ejemplo te dejamos esta fábula:

Érase una vez la hija de un viejo hortelano que se quejaba constantemente sobre su vida y sobre lo difícil que le resultaba ir avanzando. Estaba cansada de luchar y no tenía ganas de nada; cuando un problema se solucionaba otro nuevo aparecía y eso le hacía resignarse y sentirse vencida.

El hortelano le pidió a su hija que se acercara a la cocina de su cabaña y que tomara asiento. Después, llenó tres recipientes con agua y los colocó sobre fuego.

Cuando el agua comenzó a hervir colocó en un recipiente una zanahoria, en otro un huevo y en el último vertió unos granos de café. Los dejó hervir sin decir palabra mientras su hija esperaba impacientemente sin comprender qué era lo que su padre hacía.

A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café.

Miró a su hija y le dijo: “¿Qué ves?”. “Zanahorias, huevos y café”, fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Le quitó la cáscara y observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su dulce aroma. Humildemente la hija preguntó: “¿Qué significa esto, papá?”

Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo. Pero habían reaccionado en forma muy diferente.

La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. El café sin embargo era único; después de estar en agua hirviendo, había cambiado el agua.

“¿Cual eres tú?”, le preguntó a su hija. “Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿Cómo respondes?¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?

¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? ¿Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido, te has vuelto dura y rígida? Por fuera eres igual pero, ¿cómo te has transformado por dentro?

¿O eres como el café? El café cambia el agua, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.

Levántate siempre ante la adversidad, solo así lograrás ser feliz.

Gracias por leernos