Cuando se habla de una persona inteligente a nivel académico se presume que se trata de alguien capaz de alcanzar el éxito profesional y personal.
Debido a que popularmente se piensa que si una persona es inteligente en la escuela o universidad, es sinónimo de ser exitoso en cualquier aspecto de la vida.
Esto se debe a que muchas veces las personas consideran que la inteligencia se aplica de igual forma a todos los ámbitos de la vida. Es por ello que se considera que quienes obtienen notas perfectas en la vida escolar, tendrán garantizado el alcanzar todas sus metas, sueños y objetivos.
Una errada concepción que difiere de la realidad, dado que el éxito profesional, personal y social requieren de diversos requisitos y condiciones. Los cuales no siempre se relacionan de forma directa con cuán inteligente es un individuo, ni con su desarrollo académico.
¿El éxito de una persona inteligente?
El psicólogo Lewis Terman, llevó a cabo un experimento que realizó durante 40 años donde cuestionó si una persona inteligente tiene mayor probabilidad de éxito en comparación otras personas de registros normales.
Para ello el experto analizó a los niños más brillantes en todo el territorio de los Estados Unidos que registraron un puntaje de CI de al menos 140. De esta forma se analizó a 1487 niños que registraron un coeficiente intelectual que les identificaba como genios al nivel de Albert Einstein.
Durante la investigación, Terman se mantuvo detrás de la pista de estos niños, quienes siempre obtenían las mejores calificaciones académicas y ganaban diversos concursos en diversos niveles educativos. Lo que llevó al experto pensar que se convertirían en futuros líderes gracias a su intelecto.
Sin embargo sus predicciones se convirtieron en una fantasía, dado que ningún niño «inteligente» de los 1487 seleccionados alcanzó grandes metas a lo largo de sus vidas. Hasta el punto en que ninguno logró ganar algún gran premio, mientras que dos rechazados para ser considerados niños genios, ganaron el Premio Noble en Física.
Una clara demostración que indica que ser inteligente a nivel intelectual no se relaciona con el nivel de éxito que dicho individuo registra a lo largo de su vida. Por lo que el Dr. Terman concluyó: “Hemos visto que los intelectuales y los logros no están relacionados en absoluto”.
Esto quiere decir que incluso una persona inteligente se encuentra expuesta a los fracasos y a las caídas, sin importar su coeficiente intelectual o notas académicas. La inteligencia es una virtud que debe agradecerse, cultivar y mantener activa y en constante trabajo, porque ella sola, no garantiza el éxito para quien la posea.
Una realidad que difiere completamente del valor que las sociedades modernas le otorgan al nivel de inteligencia de las personas. Lo que lleva al rechazo y menosprecio de quienes no manifiestan estos “niveles”, pero que gracias a su ingenio, oportunidad, esfuerzo y dedicación, son capaces de superar a los llamados “genios”.