Los zoológicos del planeta, no podrán adquirir elefantes salvajes capturados en África o lejos de su hábitat natural
La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES), ordenó restringir la venta de elefantes africanos a los zoológicos del mundo. Expertos en vida silvestre afirmaron que la decisión representa una “victoria trascendental” para la especie.
Cifras evidenciaron que entre los años 1990 y 2017, se realizó la extracción de unos 1.774 elefantes desde el continente africano. De este total, se presume que 583 se enviaron a circos y sitios de exhibición. Mientras, que más de 330 terminaron en grandes zoológicos de China, Estados Unidos y México.
Prohibición de elefantes a favor del medio ambiente
Aunque la prohibición causó alegría entre los defensores de los animales, la organización Humane Society International, expresó que no es suficientemente contundente. La directora de vida silvestre del ente expresó:
“La captura de los elefantes salvajes africanos para su exportación a zoológicos y a otras instalaciones de cautiverio es algo sumamente traumático para los elefantes. Aunque es decepcionante que no sea una prohibición absoluta del comercio de elefantes vivos”.
La venta de elefantes como moneda
En vista de la nueva prohibición, la Unión Europea, ordenó modificar ciertas condiciones de una resolución que limita la exportación de elefantes vivos fuera de África.
Sin embargo, dicha resolución, contiene algunas excepciones en Europa. En este caso, un elefante que se encuentre fuera de África, puede ser trasladado a otro país europeo, sin violar la ley. Sin duda un vacío legal que generó molestias entre los ecologistas y los protectores de los animales.
Aunque esta restricción representa cierto alivio y protección ante la exportación legal e ilegal de esta especie. Para las autoridades africanas, esta prohibición es una mala noticia, que representa una enorme perdida de dinero para las naciones donde residen los elefantes. Especialmente Botsuana, donde residen la mayor cantidad de elefantes del mundo, defiende el derecho a comercializar y beneficiarse de la fauna de la nación.
El país africano ha expresado recientemente su molestia por los obstáculos establecidos para la comercialización de los elefantes. Al tiempo que denuncia, su responsabilidad sobre los costes de seguridad que requieren estos animales. A tal punto, que al obstaculizar la venta de los especímenes, estos, sólo representan un gasto económico continuo para la nación.
Ante la queja de Botsuana, el CITES se mostró firme en la decisión de aplicar las restricciones. Esta decisión se debe a que desde la perspectiva de la organización, al permitir ciertas excepciones en la exportación de los animales, se contribuirá con la caza furtiva. Una practica ilegal que durante los últimos años se ha vuelto más famosa hasta convertirse en una amenaza para la continuidad de la especie.