Las personas que son adictas al conflictos son tóxicas para nuestra existencia. No solo enrarecen el ambiente con toda su energía negativa, sino que con un solo gesto o palabra hace que se tense en el ambiente. Además, ese tipo de energía es contagiosa y genera tensión.
No podemos negar que hemos conocido en algún momento este tipo de personas, y en una que otra oportunidad hemos coincidido con este tipo de personalidad.
Obviamente, no hablamos del clásico buscados de problemas que pueden estar ahora mismo en cualquier aula de un instituto de secundario, con la intensión de superar la adolescencia y la crisis de identidad.
Realmente nos referimos a un perfil concreto que se caracteriza por romper el equilibrio familiar, generar disputas entre vecinos y auténticas batallas campales en cualquier escenario laboral.
En nuestra cultura, este tipo de comportamiento o personalidad se encuentra presente en cualquier esfera. Por lo tanto, hay que tomar conciencia de ello.
¿Cómo son las personas adictas al conflicto?
Debemos tener claro que cuando nos enfrentamos a una personalidad de alto conflicto es el problema, reacción desmedida o disputa que se proyectan sobre nosotros no es real. El problema no se encuentra en nosotros sino en ellos.
Entre las características que definen este tipo de personas están:
- Un bajo control emocional.
- El estilo de pensamiento es todo o nada.
- Las personas y entornos son desestabilizados por ellos.
- No poseen resistencia alguna ante una frustración o búsqueda de culpa.
- Dificultad de empatizar con los demás.
- Pensamientos son dominados por la emociones negativas.
¿Cómo manejarlas?
Siempre existirá personas conflictivas y personas con las que se pueda razonar ante las dificultades. Aunque, muchos de los casos nos encontramos obligados a convivir con perfiles tan complejos como desagradables y desgastantes. Ahí es donde es necesario tomar las medidas adecuadas.
Por tanto, lo primero que debes tener presente es que no debes desgastarte dando más explicaciones que las que ya tienes, así como, discutir con alguien que o quiere entender tus razones.
No te dejes arrastras por sus tormentas y limítate a identificarlas para poder desactivar el impacto que pueda generar en nosotros. En pocas palabras, nadie busca tener una personalidad conflictiva, pero debemos establecer ciertos límites con este tipo de personas para que no afecten nuestro ser.