Cuando hablamos de percibir no es solo el oír, ver o escuchar. La percepción va más allá, es algo que nace del corazón, donde podemos sentir, percibir, escuchar sin juzgar, mirar sin filtros y tocar toda la realidad para poder experimentar todas las texturas.
Sin embargo, pocas áreas de la psicología son muy determinantes, a la vez son muy básicas, como lo es el estudio de la percepción. Es donde captamos todo lo que nos rodea y nos ayuda a organizarnos e interpretarnos.
Hoy en día teneos que el arte de percibir depende de múltiples factores. Nuestra motivación, emociones, cultura, intuición, experiencias pasadas, nuestras expectativas, entre otras cosas.
Tanto es así, que hay algo que todos sabemos, que es que cada persona percibe el mundo de una manera distinta, hasta el punto de que en ocasiones podemos diferir en si ese color puede ser azul marino o violeta.
Esto nos lleva a una sola conclusión, hay quien mira pero no ve, hay quien oye pero no escucha y existe también quien es incapaz de ir más allá de lo que percibe a simple vista.
Tanto es así, que puede privarse de ese mundo fantástico de matices, que solo aprecia aquel que es capaz de mirar el mundo desde el corazón.
Percepción, sentidos y cerebro
Desde pequeños nos enseñaron que percibimos el mundo por medio del odio, gusto, olfato, vista y tacto.
Pero lo que es realmente fascinante es que todos disponemos de más de 20 sentidos con sus correspondientes subsentidos. Como lo son la temocepción, nocicepción, cinestesia y el sentido del ecolocalización.
Todos ellos nos abren un fantástico mundo de posibilidades donde podemos adaptarnos mucho mejor a nuestros entornos. Pero es importante que sepas que no todo el mundo es capaz de desarrrollarlo de igual modo o al mismo nivel.
Existen personas que apenas tiene sentido el sentido del peligro o presenta, por ejemplo, un exceso de confianza donde rara vez logran anticipar determinadas cosas.
Percibir desde el corazón
El percibir desde el corazón va mucho con la sensibilidad y con la apertura personal. No es más que una capacidad que tenemos para no quedarnos solo con lo que nuestros sentimientos transmiten. Podemos aplicar, voluntad, sentimiento, empatía e intuición.
Así poder llamar «arte» a este tipo de percepción tan sublime, que por una razón muy concreta, nos permite tener mayor conciencia de las cosas, de la naturaleza, de las personas y de nuestra calidad.
Al percibir tiene como finalidad implicar las veces de tener que asumir que no podemos cambiar muchas de las cosas que vemos. A las personas, por ejemplo, debemos aceptarlas tal y como son. Así podremos poner en marcha determinadas respuestas o acciones.
Percibir desde el corazón es también una de las habilidades más elevadas que puede desarrollar el ser humano.