Normalmente al hablar de madurez emocional se suele imaginar un proceso similar al crecimiento y desarrollo del ser humano desde la infancia hasta la adultez.
Esta errada concepción de la madurez emocional resulta en un gran malentendido, dado que en realidad se trata de un proceso físico y emocional que no sigue una determinada pauta en el tiempo.
Todas las personas suelen experimentar diferentes vivencias, situaciones, eventos y recuerdos qué le generan conocimiento y aprendizaje. Igualmente sus relaciones e interacciones con otras personas, desarrollen su sentido de la empatía, afecto y protección al tiempo que benefician su autoestima y confianza.
Es precisamente debido a ello, que todos los individuos registran un proceso de madurez emocional diferente unos de otros. Dado que no todas las personas reaccionan igual ante los mismos estímulos o emociones, ni tienen la misma capacidad de superar y enfrentarse a los desafíos, fracasos o victorias, lo que influye en su crecimiento emocional.
Por lo que un individuo con menor edad puede registrar una mayor un mejor manejo emocional que alguien que tiene 5, 10 o 20 años más. Debido a que su madurez se nutre, crece y modifica dependiendo de cada una de las experiencias encuentras que dicha persona ha tenido a lo largo de su vida.
Debido a ello, es imposible determinar el nivel de madurez de las personas al hacer una comparación de su edad. Ya que es posible encontrar a personas susceptibles a sus emociones, las cuales se apoderan de sus pensamientos y forma de actuar con otros. Mientras que otros individuos poseen un mejor manejo de sus emociones y pensamientos.
Los secretos de la madurez emocional
La madurez emocional de todos los individuos se produce bajo diferentes circunstancias y relaciones, las cuales forman parte del crecimiento personal de cada persona. Sin embargo la edad no es un factor que determine el nivel de madurez del individuo.
Muchas personas consideran que la edad es una clara señal del manejo emocional de las personas. Sin embargo, se trata de una creencia completamente errada, dado que los individuos reaccionan interactúan y se comportan en base a sus propias creencias, ideas, pensamientos y sentimientos.
Por lo que no importa si se trata de una persona de 25, 40 o de 60 años dado que la edad sólo representa el paso de los años sobre el cuerpo físico. Mientras que la madurez emocional se centra en el desarrollo de la mente y de las emociones de las personas.
Este proceso se produce a través de diversas experiencias las cuales brindan conocimiento, aprendizaje, memoria, consejos y guías, las cuales facilitan o deterioran el desarrollo emocional y sentimental del individuo.
De esta forma cada persona cuenta con sus propias habilidades para hacer frente a cada una de las situaciones que vive, generando su propio ritmo y estilo de crecimiento. Es debido a ello, que un grupo de personas puede interactuar bajo diferentes perspectivas y objetivos incluso ante la misma meta.
Lo cual corresponde a la magia del ser humano, lo que permite a las personas compartir rasgos y al mismo tiempo poseer una gran diferencia en su esencia. La cual marca un punto y aparte entre todos los individuos, al permitir que cada persona avance bajo su propio ritmo, decisiones, deseos, pensamientos y sentimientos.
Este conjunto de elementos, influye en la madurez emocional del individuo y es gracias a ello que la edad no representa un elemento que condicione la forma de actuar o pensar de las personas. Ya que el crecimiento sentimental y mental se produce de forma independiente y no suele limitarse a los estereotipos de la madurez o de si se trata de un adulto, un adolescente o una persona mayor.