En un giro sorprendente del destino, la vida de un niño nigeriano que estuvo al borde de la muerte ha tomado un rumbo increíble. Hope, un pequeño que fue abandonado por sus padres bajo la sospecha de ser un brujo, ha encontrado una nueva vida llena de luz y esperanza, gracias a la labor de una valiente trabajadora humanitaria.
Hope fue hallado en un estado deplorable: flaco, enfermo y desnutrido. Su historia resonó en todo el mundo gracias a las impactantes fotografías que mostraron su angustia. Anja Ringgren Lowen, una comprometida trabajadora humanitaria danesa, fue quien lo rescató. Ella forma parte de la ONG «Tierra de Esperanza», una organización dedicada a salvar a niños en Nigeria que son acusados injustamente de brujería.
En Nigeria, la acusación de brujería puede llevar a torturas severas e incluso a la muerte. Los niños son responsabilizados de desgracias como malas cosechas o enfermedades, un fenómeno aterrador que Anja busca cambiar. Al encontrar a Hope, de solo dos años, vagando por calles desiertas, ella se comprometió a darle una nueva oportunidad.
“Cientos de niños son acusados de brujería, muchos sufren torturas y algunos mueren debido a estos castigos”, explicó Anja. “Estas imágenes reflejan mi lucha, mi decisión de vender todo lo que tenía y mudarme a este lugar vulnerable para luchar contra estas supersticiones”.
Anja decidió bautizar al niño rescatado como Nadezhda, que significa «esperanza», ya que en ese momento, la esperanza era lo único que le quedaba. Hope fue llevado de inmediato al hospital para recibir tratamiento y atención médica urgente, que incluyó desparasitaciones y transfusiones de sangre. Gracias a la generosidad de muchas personas que donaron dinero, Hope pudo continuar con su tratamiento y recibió la nutrición necesaria para recuperarse.
La labor de Anja y su ONG ha sido vital para cambiar la percepción y el destino de muchos niños en Nigeria. Hasta la fecha, han salvado a casi 100 niños que fueron acusados de brujería y estaban en condiciones similares a las de Hope. Muchos de estos niños han encontrado hogares adoptivos, y el resto vive en un orfanato administrado por Anja y su esposo.
Hoy en día, Hope ha florecido en un niño radiante y feliz. Disfruta de la escuela y juega alegremente con sus compañeros en «Tierra de Esperanza». “Quiero compartir estas fotos de Nadezhda con el mundo. Al final, este niño es fuerte, inteligente, alegre y hermoso”, escribió Anja con orgullo.
Esta historia nos recuerda que mientras haya amor y dedicación, siempre hay esperanza. Necesitamos más personas como Anja y su esposo, que dediquen sus vidas a ofrecer un futuro mejor a los más vulnerables.
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