La alerta alrededor del mundo por la pandemia del coronavirus en una fuente de estrés debido a su interrupción de la rutina diaria de las personas.
La declaración de cuarentena obligatoria así como el rápido incremento del número de personas contagiadas con el coronavirus causaron de forma inevitable un gran estrés dentro de la población hasta el punto de interrumpir el descanso y conciliar el sueño.
Aunque a inicios de año se dio a conocer los efectos del coronavirus en China (país donde se originó antes de exportarse al resto de naciones). El mundo no se imaginó las graves consecuencias e impacto que la enfermedad causaría para el ser humano y su trabajo, educación, economía y salud.
El rápido contagio, la falta de vacuna, los diversos síntomas asociados al coronavirus y el número de fallecidos son tan solo una de las preocupaciones actuales. Dado que el distanciamiento social lentamente genera graves efectos sobre el estado mental de las personas quienes se encuentran sumergidas en estrés y preocupación constante.
El bombardeo informativo en redes sociales y en los medios de comunicación con respecto a la enfermedad. La suspensión de las actividades laborales, educativas, culturales y de entretenimiento además del encierro en casa y las preocupaciones por el dinero, insumos y alimentación, representan tan solo una parte del estrés al que muchas personas se encuentran expuestas dentro de sus hogares.
Este constante estrés sumado al distanciamiento social agravan el estado de ánimo de las personas y su capacidad de descansar y alcanzar el sueño. Debido a la extensa lista de preocupaciones en el ámbito familiar, profesional, sentimental, social, económico o educativo que cualquier individuo experimente en su situación actual.
Estrés en cuarentena y su grave efecto sobre el sueño
El presidente de la Academia Mexicana de Medicina del Dormir, el doctor Alejandro Jiménez Genchi indicó que la cuarentena y la interrupción de la rutina diaria por culpa del coronavirus generan estrés y dificultan el descansar correctamente durante la noche.
“No salimos, no hacemos ejercicio, no nos trasladamos y caminamos poco, lo que produce un menor impulso de cansancio a la hora de dormir” explicó el experto. Quien indica que las preocupaciones y la acumulación de estrés debido a los distintos problemas y las noticias poseen un papel importante en la falta de sueño y descanso.
“La amenaza que significa el virus provoca que tendamos a estar en un estado de alerta y más despiertos. Esto produce una activación cognitiva desarrollada en el pensamiento y las emociones, generando ansiedad y temor”
Según la explicación del doctor, el estado de cuarentena y la respectiva suspensión de la mayoría de las actividades educativas y laborales generan una alteración de la rutina y el comportamiento de las personas. Debido a que muchos individuos abandonan sus horarios ante la falta de responsabilidades que cumplir dentro de su día a día como el estudio o el trabajo.
De esta forma se produce lo que el experto llama “El síndrome de fase retrasada”, donde las personas suelen perder el control sobre las horas de descanso en la noche y por ende, suelen despertar en horarios diferentes cada día. Este comportamiento a largo plazo puede considerarse como insomnio crónico, interrumpiendo de forma definitiva sus noches de descanso incluso al estar libres del estado de cuarentena y de estrés.
Para evitar una mayor consecuencias debido al estrés y alarma producto de la situación actual alrededor del mundo. El experto recomienda establecer horarios definidos de descanso, con el objetivo de garantizar entre 7 y 8 horas de sueño. Este horario permitirá a las personas reincorporarse a sus rutinas diarias una vez que el estado de cuarentena sea suprimido.