El objetivo de Dinamarca de convertirse en el primer país orgánico de todo el mundo para el año que viene suena como un sueño inalcanzable y utópico para muchas personas y naciones.
Principalmente porque desde su creación, los pesticidas y otros productos similares, han formado parte fundamental del proceso de la agricultura. Un modelo tradicional, que Dinamarca pretende modificar empleando los avances tecnológicos y teniendo como prioridad, el cuidado del medio ambiente.
Los métodos tradicionales de cultivo requieren de la participación de los pesticidas, pese a los efectos negativos que este tipo de químicos tienen sobre el planeta.
Por lo que la meta de Dinamarca, representa algo bastante difícil de creer, dado que hasta el momento no existe ningún modelo que sea 100% orgánico. Esto se debe a que siempre se ha requerido de los productos químicos, para proteger o incentivar el cultivo.
Dinamarca: un país con gran conciencia ambiental
Pese a las críticas y comentarios en contra de la propuesta, lo cierto es que el sistema productivo libre de pesticidas se convertirá en una realidad para Dinamarca el próximo 2020.
Y es que el país escandinavo, actualmente es uno de los países modelos en temas de conciencia ambiental, así como en el desarrollo, producción y comercialización orgánica.
Dinamarca, previamente en 2015, invirtió 35 millones de euros para mejorar el sistema de producción agrícola nacional. Con el objetivo de conseguir en un futuro cercano, una tierra mayormente orgánica, libre de químicos peligrosos para la salud humana y para el medio ambiente.
Sin embargo el 2015 no es la fecha de inicio de este plan, ya que se trata de un compromiso que Dinamarca ha mantenido desde hace más de 25 años. Adaptando sus planes a los avances tecnológicos, a las nuevas tendencias ambientalistas e incluso desarrollando leyes de protección de la naturaleza.
Cada uno de estas acciones acumulada a través de los años persigue una meta que ya forma parte de la conciencia nacional. La cual se trata de lograr que el 60% de los alimentos en escuelas, hospitales y comedores sean de origen orgánico.