Desde hace algún tiempo se ha puesto de moda pintar mandalas. En especial, porque trata de una actividad relajante, que ayuda a despejar la mente y a disminuir el estrés.
Además, te ayudan a desarrollar la creatividad y te dan la facilidad de trabajar otras áreas de la mente.
Tanto adultos como niños pueden disfrutar de esta sencilla actividad que no tiene normas alguna. Te ayuda a pongas a volar tu imaginación y realizando diferentes composiciones de colores.
Esto se ha convertido en un recurso educativo, para poder potenciar la concentración de los alumnos. A continuación, te comentaremos más acerca de las razones por las que tus hijos deberían pintar mandalas.
El arte de pintar mandalas
El médico y psicólogo suizo, Carl Gustav Jung, aseguraba que un mandala ayuda a recordar esa figura esencial de lo que representa el equilibrio y la perfección.
Además, señaló que un mandala por medio de su forma circular, ayuda a estructurar el interior. En líneas generales, entienden que dentro del círculo acontece la fantasía, el movimiento y la magia, por lo que fuera de él, se encuentra el caos.
Pintar madalas te invita a crear, imaginar y encontrar armonía en el desorden. Un gran beneficio para cualquier persona en un momento de estrés o alguna tensión emocional.
Una estrategia para la concentración
La fascinación natural de los niños por los colores y por el ejercicio de colorear, es el atractivo visual de los mandalas, por lo que se consigue una combinación ideal para la estimulación de los procesos cognitivos.
- Hay mandalas de mayor o menor complejidad. Así que, cuanto mayor sea la diversidad, mayores procesos cognitivos aplicarán, como lo son: la imaginación, la flexibilidad, la atención, etc.
- Ayuda a motivar el esfuerzo por completar la actividad y así poder obtener un buen resultado, lo cual es beneficioso en diversos aspectos.
¿Integrar el arte de pintar mandalas a nuestra rutina?
Esto no debe ser una obligación, ni una actividad que deba realizarse en un horario determinado. Al contrario, dejaría de potenciar la creatividad y promover la relajación.
En general, esto siempre dependerá de cada niño, claro está que no es recomendable que lo pongas a pintar luego de realizar sus deberes. Por lo que, es muy importante que exista una pausa, para que el niño no lo interprete como un deber.
Hay que permitirle a los propios niños elegir los mandalas que más les interese colorear. Existen láminas con animales, estrellas, árboles y mucho más. Además, de los niños más tradicionales.
También, hay diseños de mandala que puede que no sean adecuados a su edad, y poco a poco, podemos ir aumentando su complejidad. Para así poder activar ese lado creativo de nuestro niño.