Mayormente no tenemos un salvavidas para cada naufragio, ni un paracaídas por cada salto al vacío. En ocasiones, con una sonrisa, otras con un portazo y sin mirar atrás.
Aunque no tengamos una pomada para curar cada error que nos marque siempre el mejor camino, tarde o temprano lo que hacemos, pero salimos adelante con la cabeza bien alta.
Este razonamiento suena a un eslogan más de la psicología positiva. Sin embargo, uno de esos que defienden el lema «si quieres, puedes», en compañía de una cara amarilla sonriente.
Cabe destacar que este enfoque psicológico es mucho más que un simple lema poco con poco sentido. De hecho, podemos reconocer una evolución desde que Martin Seligman asentara sus bases teóricas y científicas allá por los años 90.
Pero debemos entender lo complejas que son las experiencias emocionales, ahí donde no siempre es fácil separar lo positivo de lo negativo. Para superar cualquier adversidad, hay que saber convivir con todo ese abanico de sentimientos, pero también complementario e integrante de un equilibrio que autorregular con eficacia.
Lecciones sobre la adversidad
La psicología positiva está experimentando un interesante avance. Cada vez teneos a nuestra disposición más trabajos y artículos enfocados en lo que se conoce como psicología del crecimiento postraumático.
Aunque todo se sale, no emerge de ese túnel siendo los mismos. Todo proceso implica un cambio y todo cambio significa pérdidas e incorporaciones, en definitiva, transformaciones.
Las lecciones sobre la adversidad nos dicen que tal vez perdamos un pedazo de nuestra inociencia. El poeta y arquitecto Joan Margarit, «una herida es también un lugar donde vivir«.
Es ahí, ya que esto emerge de nosotros una fuerza creativa sin igual, hallamos recursos que no sabíamos que teníamos y creamos además, una visión de nosotros mismos más satisfactoria.
En pocas palabras, la fuerza de una persona no está ni mucho menos en la fuerza que tenga para resistir ciertas cosas. Nuestra fuerza se encuentra indomable voluntad para transformarnos, para reconstruir una y otra vez.