Te ha pasado que en oportunidades vives situaciones, en las que no sabes cuando reclamar o cuando dejar pasar, sobretodo cuando lo que paso te perjudica y por no molestar, solo lo dejas así.
La agresividad es un instinto de supervivencia poco comprendido y con peor manejo, pero es fundamental en algunas ocasiones .
Pensamos que al reclamar las personas nos pueden tildar de problemático si es que se hace por algo que no vale la pena, o por lo contrario se trata de algo que no se puede dejar pasar.
No es fácil determinarlo, ya que esto depende de una valoración mas subjetiva y nuestro estado de animo, y no de la realidad objetiva.
“Sin razón se queja del mar el que otra vez navega”. -Séneca-
Aunque no lo parezca este dilema es mucho mas importante de lo que piensas, Porque cuando es necesario que reclamemos y no lo hacemos, damos pie a que pasen por encima de nosotros.
Pero cuando reclamamos por algo que no lo vale, podemos generar un conflicto innecesario. Ambas formas de actuar pueden ser decisivas si involucran una sensación importante.
Pistas para saber cuándo reclamar
Los criterio que debemos aplicar para saber cuando reclamar y cuando dejar pasar, no siempre es valido un reclamo, bien sea personal o corporativo.
¿Cuando debe debemos reclamar?
Si se afecta un derecho básico fundamental, no debemos guardar silencio en este caso. Al no reclamar en esta circunstancia abrimos la puerta al irrespeto o la falta de consideración.
Cuando el daño causado te afecta de manera inmediata pero que también genera secuela a largo plazo. En ese caso no raclamar significa prolongar un efecto adverso sobre nosotros.
Cuando se violan acuerdos o un pactos, de forma deliberada. Si se establece algún acuerdo y este se rompe puede ser un motivo valido para reclamar. Supone un cambio en las reglas.
Si no se hace reclamación se aceptan las nuevas normas, que incluso pueden ser perjudiciales para nosotros.
Cuando se atenta contra la dignidad. Se puede dar de manera verbal, física o simbólica. En ninguno de esos casos debe aceptarse. Callar y no actuar ante esto equivale a legitimar esa acción.
¿Cuándo no reclamar?
Existen criterios que también nos permiten determinar cuando no debemos hacer un reclamos.
El reclamo es innecesario cuando: Alguien nos causa alguna molestia, alguna afección o algún daño involuntariamente.
Allí no hay intención de dañar, sino que debido a la circunstancia se termina afectando a otro sin querer.
No debemos reclamar cuando, lo que resulta afectado es nuestro ego. Cuando esperamos que nos traten de una forma particular por sentirnos superior.
En ese caso la molestia viene dada por una herida narcisista.
Nunca deberíamos reclamar cuando, hacemos algún favor a alguien y esperamos que nos lo devuelvan, sin que esa persona se haya comprometido a esto.
Si no existe algún acuerdo previo, cada quien esta en el derecho de devolver o no el favor.
Reclamar es también un arte
Si tu decisión es reclamar, no busques generar una situación que se pueda tornar agresiva, trata de que el reclamo sea objetivo y que tu estado emocional no intervenga.
Es mejor evitar el reclamo cuando la molestia esta a flor de piel, el mal humor no permite que dimensionemos la situación, puede que el enojo sea justo, pero primero calma tus ánimos antes de reclamar.
Luego de exponer tu reclamo claramente, indica que es lo que rechazas y el porque vulnera tus derechos. Pide una explicación y de ser necesaria una disculpa o una reivindicación por el mal causado.
Todo eso lo puede hacer sin enojarte, nada es mejor como la serenidad, para solucionar este tipo de dificultades.
Ya no tengas miedo de reclamar si lo necesitas, solo ten encenta que lo debes hacer sin que el enojo te consuma y cuando la situación lo requiera.