Ana Julia Torres, hermana de los animales

La conocen como «La Hermana de los animales» Ana Julia Torres a dedicado su vida al cuidado y protección de animales desamparados, abusados y enfermos. Construyo para ellos un refugio con sus propios recursos.

Ana Julia es una mujer que tiene un gran amor hacia los animales, particularmente hacia aquellos que son explotados o abusados de algún modo por el hombre. Esto la llevo a emprender con una labor demás admirable, consiste en rescatar animales victimas de maltrato.

La Villa Lorena es el lugar que Ana Julia Torre creo para acoger a los animales y brindarle todo aquello que requieren. Esta ubicado en Cali, Colombia, donde durante más de dos décadas ha construido un hogar para diferentes especies.

La obra de Ana Julia se volvió famosa no por tanto por la acción como tal, si no por la relación particular que muchos animales establecieron con ella. Se han hecho celebres las imágenes en el que un enorme leo le da un abrazo.

“Hasta que uno no ha amado un animal, una parte del alma sigue sin despertar”.

Anatole France
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Ana Julia Torres y una labor encomiable

Ana Julia Torres es maestra de primaria, siempre se ha preocupado por inculcarle a sus alumnos el amor y la importancia por la conservación de la naturaleza.

Una de las anécdotas que marcaron su vida fue cuando pidió a sus alumnos que llevaran a sus mascotas al colegio y allí se percato que muchos de sus estudiantes tenían animales exóticos en sus casas.

Meses después, uno de sus amigos le regalo un Búho que había comprado en el mercado ilegal. El hombre adquirió este ejemplar por pura curiosidad, al poco tiempo se hartó del ave y como sabia que su amiga Ana julia amaba a los animales, se lo obsequió.

Esta genero en ella el deseo de rescatar a todos los animales que se encontraran en la misma situación. Es así como poco a poco comenzó a comprar lotes en una zona de Cali en la que había suficientes terrenos y no eran muy costosos.

Desde ese entonces se propuso a rescatar a todos los animales que fueran rechazados por sus dueños o animales que fueran victimas de abuso y explotación. Hoy cuenta con un terreno de 25 hectáreas y tiene mas de 900 animales.

Las historias de los rescatados

Ana Julia decidió poner mayor atención a los animales que se encontraban en malas condiciones, como animales de circo o los que son adquiridos por la caza furtiva.

Hizo mucha publicidad para que las personas que supieran de animales que sufrieran abuso le notificaran para ella tomar cartas en el asunto. Cada uno de sus animales tienen una historia distinta de como llegaron a la Villa Lorena.

Las historia de «Yeyo» la recuerda con especial ternura, un mono araña que vivía con su dueño alcohólico. Supo de el porque los vecinos lo denunciaron, por los gritos que casi a diario se escuchaban del animal. Ella misma denuncio al hombre.

La policía comprobó que el señor pateaba al mono con frecuencia. Se encontraron rostas de sangre y heridas en todo el cuerpo del animal.

Con Mucha emoción también cuneta la historia de un elefante que rescató de un circo. El animal no podía ver por un ojo, tenia heridas en las patas y no tenia cola y su oreja había sido cercenada.

Ana tuvo que organizar un grupo de amigos para protestar todos los días delante de la carpa que entregaran el ejemplar. El elefante la abrazaba y la estrechaba con su trompa, luego de ser rescatado.

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El caso de Júpiter

El huésped de mayor fama de Ana Julia fue un león llamado Júpiter. Fue rescatado de un circo, tenia apenas 3 mese. Ya le habían sido arrancadas sus garras y presentaban signos de maltrato, desde entonces ella lo adopto y lo alimento así se volvió su mejor amiga.

Bajo su cuidado Júpiter parecia una mascota domestica. Fue criado para se un animal amoroso, sociable y juguetón. 16 años después la sociedad ambiental determino que el refugio Villa Lorena no era apto para albergar este espécimen. Se decidió trasladarlo a un refugio estatal.

Un par de año más tarde la hermana de los animales decidió visitar a su querido Júpiter y la sorpresa que se llevo no fue grata, ya que noto en las terribles condiciones en la que se encontraba. Cuando había entregado al animal este pesaba 240 kilos, ahora su peso no pasaba los 90.

La amante de los animales busco ayuda de los medios de comunicación y así consiguió que se lo devolvieran, una semana después logro que comenzara a comer con cierta normalidad y logro mostrarse amable con ella. Sin embargo dos semanas más tarde Júpiter muere.

Esto partió el corazón de esta noble mujer, lloro a mares por perder esta batalla, pero sabe que su lucha aun continua.