El sonido crujiente o chasquido que aparece al mover las rodillas es una queja común, especialmente entre adultos mayores o personas activas. Aunque puede parecer algo preocupante, en la mayoría de los casos no es un signo grave. Sin embargo, entender por qué ocurre este fenómeno y cómo prevenirlo es clave para mantener una buena salud articular y evitar lesiones a futuro.

Causas más frecuentes del sonido en las rodillas
- Acumulación de gas en la articulación
Dentro del líquido sinovial —el que lubrica la articulación— se forman pequeñas burbujas de gas (oxígeno, nitrógeno y dióxido de carbono). Cuando la rodilla se dobla o se estira, estas burbujas se rompen y producen un sonido similar a un chasquido. Es completamente inofensivo. - Desgaste del cartílago (condromalacia rotuliana)
Con el paso del tiempo, el cartílago que recubre la rótula puede desgastarse por exceso de peso, mala postura o movimientos repetitivos. Esto genera fricción entre los huesos, provocando sonidos y, en algunos casos, dolor o inflamación. - Tendones y ligamentos tensos
Cuando los músculos que rodean la rodilla están muy tensos o desalineados, los tendones pueden “saltarse” ligeramente sobre el hueso al mover la pierna, causando un sonido seco o repetitivo. - Lesiones o sobrecarga física
Las actividades de alto impacto, como correr en superficies duras o levantar peso sin técnica adecuada, pueden irritar los tejidos de la rodilla. Esto favorece la aparición de ruidos articulares acompañados de molestias o inflamación. - Falta de colágeno o nutrientes esenciales
Una dieta pobre en proteínas, colágeno, magnesio y vitamina C puede afectar la regeneración de los tejidos articulares, haciendo que las rodillas pierdan su capacidad de amortiguar correctamente.
Cuándo preocuparse
El sonido por sí solo no es un problema, pero debes prestar atención si se acompaña de:
- Dolor persistente o punzante.
- Inflamación visible o sensación de calor.
- Dificultad para doblar o estirar la pierna.
- Inestabilidad al caminar o subir escaleras.
Si alguno de estos síntomas aparece, se recomienda consultar a un especialista en traumatología o fisioterapia.
Soluciones naturales y hábitos recomendados
- Fortalecer los músculos: Realizar ejercicios de bajo impacto como natación, bicicleta estática o yoga ayuda a estabilizar la articulación.
- Mantener un peso saludable: Cada kilo extra genera una carga significativa sobre las rodillas.
- Incluir colágeno y vitamina C en la dieta: Alimentos como pescado, gelatina natural, naranjas y pimientos favorecen la regeneración del cartílago.
- Usar compresas calientes y frías: Alternarlas puede reducir la inflamación y mejorar la movilidad articular.
- Practicar estiramientos diarios: Mantienen los tendones y músculos flexibles, reduciendo los ruidos articulares.
Conclusión
Las rodillas que suenan no siempre indican un problema grave, pero sí pueden ser una señal de que tus articulaciones necesitan más atención. Adoptar hábitos saludables, mantener una dieta equilibrada y realizar ejercicios de fortalecimiento puede marcar la diferencia. Cuidar tus rodillas hoy es invertir en tu movilidad y bienestar futuro.
Ignis Natura – Salud y bienestar al alcance de todos
www.ignisnatura.org

