Hace unas semanas la repentina aparición unas avispas asiáticas produjo un creciente estado de miedo y preocupación en los Estados Unidos.
Desde inicios del mes de mayo, los estadounidenses comenzaron a reportar la extraña presencia de unas avispas gigantes asiáticas, cuyo tamaño causó gran impacto y temor en los ciudadanos.
Estos insectos son bastante frecuentes en el continente asiático por lo que su llegada a los Estados Unidos generó gran preocupación y alerta sobre la permanencia de esta variante de la especia en este lado del planeta. Especialmente en un momento de crisis sanitaria como es el actual con la amenaza de la pandemia del coronavirus.
Normalmente las avispas asiáticas tienen un tamaño de hasta 5 centímetros, lo cual resulta en una característica a temer, especialmente al comparar con otras especies de insectos voladores, como las abejas comunes y otras avispas.
Sin embargo, aparte de su tamaño, existe otro gran problema asociado a estos insectos debido a sus fuertes pinzas y su temido y poderoso veneno. Hasta el punto en que la National Geographic los catalogó como unas “máquinas de matar altamente eficientes”. Y aunque sus víctimas frecuentes son las abejas, también existen casos de ataques a humanos.
El entomólogo Masato Ono, describió el dolor de la picadura de este insecto como «un clavo caliente». Dado que su veneno tiene la capacidad de desintegrar la carne humana con facilidad, por lo que cada año se estima la muerte de 40 personas debido al fuerte veneno de la especie.
Temor ante la llegada de las avispas asiáticas
Es precisamente debido al peligro asociado a la especie que recientemente en diversas áreas de los Estados Unidos se ha producido una matanza descontrolada tanto de avispas y abejas, bajo el temor de encontrarse de cara con las avispas asiáticas.
Luego de que el Departamento de Agricultura de Washington anunciase la presencia y el peligro que representan estos especímenes, diversos apicultores y agricultores decidieron instalar trampas contra las avispas asiáticas como una medida preventiva.
Sin embargo, el entomólogo Doug Yanega, declaró que esta acción representa un grave peligro para determinadas especies de abejas y avispas naturales de los Estados Unidos. Ya que algunos de los insectos permanecen bajo amenaza, además del efecto negativo que generaría su desaparición en el medio ambiente.
De acuerdo con Yanega, las trampas puestas por los agricultores y apicultores no funcionan solo con las avispas gigantes, sino también con otras especies nativas. Dado que cuenta con una preparación de vino para cocinar arroz y jugo de naranja que atrae a las avispas y abejas locales.
Según el experto, estas medidas causan un mayor daño que beneficio especialmente al medio ambiente y a los cultivos. Por lo que recomienda seguir el ejemplo de los apicultores asiáticos, quienes utilizan pantallas especiales para mantener alejadas a las avispas gigantes de sus campos.
«La gente en China, Corea y Japón ha vivido al lado de estos avispones durante cientos de años, y no ha causado el colapso de la sociedad humana allí».
Una demostración del ingenio asiático ante la constante presencia y amenaza de este peculiar insecto, el cual con tan solo un ejemplar es capaz de derrotar a 40 abejas. Una situación que obligó a las abejas japonesas a evolucionar y modificar sus tácticas defensivas con el objetivo de sofocar a las avispas gigantes invasoras y así garantizar su supervivencia.
Mientras tanto en los Estados Unidos, el Museo de Investigación de Entomología de la UC espera próximamente el contener la propagación de las avispas gigantes asiáticas en el país. Al interceptar y remover los posibles nidos de esta especie con el objetivo de matar definitivamente a los insectos y prevenir su posible expansión por todo el terreno estadounidense.