Un reciente estudio reveló que la inmunoterapia puede servir para el tratamiento contra el cáncer y contra ciertos tipos de insuficiencia cardíaca.
Según la investigación realizada por un grupo de científicos, dicho tratamiento ha logrado resultados positivos en pacientes con leucemia y para ello, emplea la inmunoterapia conocida como CAR-T. Este procedimiento usa linfocitos T, los cuales persiguen y acaban con las células malignas del cuerpo.
Pese a los buenos resultados logrados durante la prueba, el uso de este tratamiento ha generado dudas sobre su efectividad en pacientes con insuficiencia cardíaca. Debido a que esta terapia puede causar efectos secundarios como fiebre alta, presión sanguínea baja y lesiones en el cerebro.
Sin embargo, el profesor de Medicina de la Universidad de Washington en Saint Louis, Douglas Mann, afirmó que la aplicación de este tratamiento para lidiar con la insuficiencia cardíaca “es una idea muy inteligente”. Aunque el alto costo de la CAR-T y los efectos secundarios representan un desafío en la actualidad.
Especialmente debido a que dicha terapia, hoy en día cuesta cerca de 450.000 dólares por paciente. Pero este monto puede superar el millón de dólares, motivado a la estancia en el hospital y otros gastos.
Por otra parte, las personas con insuficiencia cardíaca con fracción de eyección conservada poseen limitadas opciones para el tratamiento de su condición. Ya que la mayoría fallece tras cinco años, resultando en un índice de mortalidad similar al de ciertos cánceres metastásicos.
CAR-T: Un tratamiento experimental para la insuficiencia cardíaca
Jonathan Epstein, autor del estudio, indicó que la idea original de la investigación surgió del estudiante de postgrado de su laboratorio, Haig Aghajanian. Quien sugirió aplicar la terapia CAR-T para tratar la cicatrices en el corazón producto de la insuficiencia cardíaca y otras enfermedades.
Su planteamiento se basa en la acción de la terapia CAR-T contra el cáncer. Donde, los linfocitos T del sistema inmunitario buscan células solitarias a las que matar, aunque a veces, no logran reconocer a las células cancerígenas.
Un problema, que los investigadores resolvieron al adherir una proteína a los linfocitos T, que les permite perseguir y aferrarse de las células cancerígenas para eliminarla. La cardióloga y genetista humana Elizabeth McNally afirmó que el tratamiento es emocionante, aunque advierte sobre el efecto de la terapia sobre los fibroblastos.
Que son células dedicadas a la formación de los tejidos, con un rol vital para la curación de las heridas. De ahí la alarma sobre esta terapia, ya que el procedimiento perfecto, debería enfocarse en eliminar únicamente las cicatrices que merman el funcionamiento normal del organismo.
Sin embargo, Epstein y sus colegas no han detectado ninguna problemática en el organismo de los animales participantes de la investigación. Aunque en la actualidad, este tratamiento permanece como una terapia experimental, aplicada a ratones y posteriormente en perros antes de pasar a realizar la prueba final en seres humanos.