Hace años atrás, la Luna llego a despertar la fascinación de los pueblos de la antigua era, donde la idolatraron y le dedicaban rituales de todo tipo.
Hoy en día, es considerado para casi todo el mundo como el satélite natural de la Tierra, provocando esa misma admiración que nuestros antepasados.
Tanto es así que el ser humano comenzó a estudiarla con mayor profundidad desde el mismo instante en que el astronauta norteamericano Neil Armstrong llegó a pisarla por primera vez en el año 1969.
Dando pie a los científicos emprendieran la tarea de desentrañar uno de los mayores interrogantes que las personas se preguntaban: ¿cuál es su origen?
Son muchas las teorías existentes que intentaron explicar la procedencia de la Luna. Muchas investigaciones científicas afirmaron que esta se creó como un resultado del choque d aun protoplaneta, mejor conocido como Theia con nosotros, la Tierra.
También, se cree que la Luna es hueca. Esta teoría comenzó a mediados del siglo pasado cuando la tripulación de Apolo 12 dejó caer de manera internacional el módulo lunar sobre la superficie del astro el 14 de noviembre de 1969.
Por lo que, los sismógrafos que se encontraban en el satélite registraron un sonido que numerosos expertos descubrieron como el de un gong gong de una campana porque estuvo rosándoos durante 8 minutos.
Por problemas técnicos Apolo 13 tuvo que cancelar su misión y arrojó sobre la Luna el cohete desechable Saturno. Lo cual tuvo un impacto de forma similar al módulo lunar descartado en 1969. Pero en esta oportunidad, los sismógrafos detectaron que el astro retumbó durante más de tres horas.
Después de diversos estudios los profesores Scherbakov y Vasin, desde el punto de la ingeniería, aseguraron que este satélite mejor conocido como Luna está construida de manera magnífica. Estos detectaron razones de extrema longevidad, aunque descartaron que aún albergue alguna vida.
“No imaginamos que la Luna siga habitada, y probablemente muchos de sus dispositivos automáticos también dejaron de funcionar, como por ejemplo los estabilizadores. Aunque el satélite mantiene una misma cara girada hacia nosotros, desde hace algún tiempo se tambalea sobre su propio eje, mostrándonos en ocasiones parte de su reverso que antes era invisible para los observadores desde la Tierra”, argumentaron.
Ellos dedujeron que los habitantes de la Luna tomaron las medidas necesarias para solucionar los efectos del bombardeo de meteoritos como empachar los orificios en el escudo exterior que cubre la coraza interior de este satélite.
“Para ello, probablemente se utilizaba una sustancia dentro del núcleo lunar, con la que se fabricaba una especie de ‘cemento’. Una vez procesado, este componente se enviaba por tuberías hacia aquellos lugares de la superficie donde se necesitaba”, dijeron.
En fin, Scherbakov y Vasin plantearon su posición, invitando siempre a la reflexión.
“¿Qué es hoy la Luna? ¿Una colosal necrópolis, una ciudad de los muertos donde se extinguió alguna forma de vida? ¿O una nave abandonada por su tripulación y controlada de manera automática? A la espera de las pruebas definitivas, nuestra hipótesis puede parecer descabellada, pero creemos que las cuestiones que hemos planteado proporcionan suficiente sustento para una consideración seria sobre el asunto. El resultado puede ser el esclarecimiento de muchos enigmas lunares”, concluyeron.