Sin duda alguna, una de las mentes más privilegiadas de nuestra época es Stephen Hawking. Más allá de sus importantes aportes al mundo de la física y el descubrimiento del origen del universo, pero su historia posee tintes dignos de una leyenda.
El tema central de su intervención fue las personas con depresión y otros problemas emocionales.
”No importa cuán difícil la vida pueda parecer porque pierdes toda esperanza si no puedes reírte de ti y de la vida en general”. -Stephen Hawking.
Cuyo mensaje ha tenido valor. No solo por ser uno de los cerebros más lúcidos de nuestro tiempo sino porque él mismo fue un ejemplo.
Vivió una vida que iba mucho más allá de luchar por sus objetivos y sueños. De ahí su discurso sobre que la tristeza no sea uno más, él tenía suficiente prioridad para hablar acerca de este tema.
Vida de Stephen Hawking
Nació en una familia que apreciaba profundamente el valor del conocimiento. Su padre fue un prestigioso biólogo. Fue el mayor y tuvo dos hermanas y un hermano adoptado.
Stephen Hawking de niño fue muy buen estudiante, pero nunca de los más brillantes. Terminó estudiando ciencias naturales en Oxford y se especializó en física.
A los 21 años, se le diagnosticó esclerosis lateral amiotrófica (ELA). No es más que una enfermedad regenerativa de tipo neuromuscular. Estaba a punto de casarse y los médicos no le dieron más de 2 a 3 años de vida.
Hawking llevó una vida feliz y productiva. Recibió por su trabajo 24 galardones. Los cuales son: la Medalla Alber Einstein y premio Principe de Asturias.
Mensaje de Hawking
A pesar de todo, la vida no fue fácil para Stephen Hawking, ya que se vio obligado a nadar contra la corriente, consecuencia de su enfermedad. Sin embargo, a medida de que perdiendo sus facultades no fue un impedimento para continuar con lo que le quedaba de vida.
Al final se le veía feliz, Bromeaba y se mostraba interesado por la suerte de los demás. En una conferencia en el 2016, se dirigió particularmente a las personas que se encuentran deprimidas.
“El mensaje de esta charla es que los agujeros negros no son tan negros como los pintan. No son prisiones eternas como alguna vez se pensó. Las cosas pueden salirse de un agujero negro desde ambos lados y posiblemente hacia otro universo. Entonces si te sientes en un agujero negro, no te rindas: hay una salida”.
Sus palabras hacían una invitación a no rendirse porque siempre habrá una salida. Así lo dijo, que desde su juventud tuvo que haber vivido atado a una silla de ruedas y sin poder llevar una vida como la de los demás.