Admito que me hechiza dormir con mi hijo, aunque ya no sea bebé. A veces incluso soy yo la que se lo pide a él, porque tenerlo cerca me da paz, me calma y me llena.
Los hijos desde su nacimiento se convierten en la mejor compañía de sus padres, llenándolos de felicidad y convirtiéndose en su mejor compañía. Es por esto que algunos padres creen que dormir con mi hijo, es una forma de robustecer el vínculo afectivo y la salud emocional.
Asimismo, los padres representan la mejor protección para los hijos desde los primeros momentos de vida, dándoles seguridad, confianza y tranquilidad de que nada malo le ocurrirá, a causa de esto es que muchos niños durante la infancia duermen con sus padres.
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Los hijos crecen y se desarrollan, pero siempre necesitan a sus padres, ya que los obstáculos y los miedos pueden aparecer en cualquier etapa de la vida y al abrirle la puerta de la cama este simple acto demuestra que cuenta con la comprensión y el apoyo incondicional de sus padres.
Representando esta la manera más efectiva de que sepan que siempre le escuchamos y contamos con la mejor actitud para ayudarle a resolver todas tus dudas, además hacerle sentir que tienes a alguien que te amará incondicionalmente por el resto de tu vida, protegiendo así su salud emocional.
En todo esto, el colecho con un niño fortalece la conexión emocional entre ambos, porque demuestra claramente que siempre habrá una pareja. Y a pesar de su edad, pueden vivir muchos momentos íntimos juntos.
Finalmente, aumenta la seguridad de los niños porque se les dice que nunca estarán solos y le enseña que el vínculo familiar no se desvanece con el tiempo.
Dormir con mi hijo, forma una unión especial
De igual manera, los padres también disfrutan de estos momentos llenos de amor. Esto se debe a que sienten que a sus hijos les va bien y creen que son los líderes que tanto necesitan.
Además, los niños no están privados de libertad en estos momentos. De hecho, se dan cuenta de que les ayudarán a recuperar su motivación y propósito en la vida cuando lo necesiten.
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En general, cada casa es un mundo y cada familia busca lo que mejor funciona para ella. En este sentido, es respetable tanto aquellos que deciden dormir con sus hijos como aquellos que no. En cualquier caso, lo que no les puede faltar a los hijos es compresión, apoyo, conexión emocional y amor incondicional.
Así que, si quieres dormir con tus hijos, ¡hazlo! Te necesitan y te sentirás a gusto. No les robarás y no abusarás de ellos. Desde la edad del bebé hasta cuando lo necesitas todo.
Ellos te dirán cuándo quieren dormir solos o tener su propio dormitorio. Se trata de respetar sus necesidades, aunque quieran dormir solos y tener su propio espacio, habrá días en los que esté bien dormir juntos.