En el preciso momento en que las relaciones se enfrían emerge los comportamientos más reprobables. Estos se encuentras detrás de la distancia emocional y dan paso a la desaparición física, marchándose sin explicación.
Además, lo que hacen uso de las falsas excusas y quien niega a asumir el vacío del vínculo, ese frío que trae una relación de pareja o de amistad que está llegando a su ocaso.
En muchas ocasiones, los finales en las relaciones vienen precedidos por un sutil y progresivo distancia que se va agravando con el pasar del tiempo. Ya sea por la falta del complicidad, miradas que ya no se encuentran y risas que no llenan el alma.
La distancia emocional siempre duele. Sin embargo, también la otra parte sufre al acumular cierta sensación de culpa o remordimiento. Sea como sea, estas situaciones y hay algo que queda en evidencia es que: nuestras deficiente habilidad para poder gestionar los finales.
¿Por qué las relaciones se enfrían?
En ese preciso momento en que las relaciones se enfrían siempre existe un por qué, aunque no sea muy agradable. Ya sea por falta de interés, visiones opuestas, nuevas necesidades, etc.
Cuando la llama se apaga siempre da paso a un densa y ambigua penumbra en la que no sabemos muy bien cómo movernos.
Aunque las personas no dudan en dar una segunda oportunidad, con la intensión de insistir una y otra vez dificultando este proceso de duelo y la oportunidad de dar un fin a esta etapa para poder iniciar otra con mayor integridad.
Sin embargo, algo que pudieron ver los investigadores de este trabajo son esas dinámicas menos adecuadas de las que solemos hacer uso cuando estas se llegan a enfriar.
Cada vínculo, ya sea de amistad o de pareja, merece ser respetado en cualquier etapa vivida. Sabiendo dejar ir con integridad y respeto. Además, dice mucho de lo que somos como personas.