Mucho se ha dicho sobre los beneficios del consumo regular de ajo, pues entre otras cosas, colabora en el refuerzo de nuestro sistema inmunológico, antiinflamatorio, reduce la presión arterial y combate el cáncer. Por ello, hoy te enseñaremos a cocinarlo, sin perder sus propiedades.
Los galenos tradicionales lo consideran una medicina. Las investigaciones modernas confirman lo que ya se sabía. Es un arma poderosa en la lucha contra las enfermedades.
El ajo y la salud son términos que están íntimamente ligados, por los grandes beneficios que cuenta este alimento. El padre de la medicina moderna, Hipócrates señalaba que este alimento lo prescribía muy a menudo, para mejorar su rendimiento de los primeros atletas olímpicos de la antigua Grecia.
Según los estudios científicos han confirmado que el ajo aumenta la inmunidad, mejora la respuesta del organismo ante posibles ataques virales y bacterianos. Además, se utiliza para tratar infecciones respiratorias, combatir la tos y como prebiótico para alimentar a las bacterias «buenas» del tracto digestivo.
Este es uno de los errores más frecuentes al cocinar con ajo
Asimismo, la forma menos recomendable de cocinarlo en el microondas, mientras que al mismo tiempo se ha demostrado que la mejor forma de cocinar, sin perder sus propiedades consiste en picarlos o triturarlos, con una cocción ligera.
Para usar ajo, debe saber algo importante: la alicina necesita una enzima llamada alinasa para ser potente. Cuando se corta el ajo, las paredes celulares se rompen y la alicina se come la alinasa, haciéndola muy fuerte y mostrando el poder que tiene.
Una manera de conservar las propiedades del ajo
Sin embargo, una forma de conservar las propiedades del ajo es consumirlo en ensalada, añadir ajo crudo. Hay muchas recetas en las que puedes usar los poderes curativos del ajo sin calentarlo.
Estas propiedades medicinales son responsables la alicina, que no está en el ajo como tal, sino que es el resultado de que dos de sus componentes (alicina y alinasa) entren en contacto. Más bien es el producto de reacción que ocurre cuando se machaca o tritura el ajo crudo (incluso cuando se mastica), pero desaparece cuando el ajo se agrega inmediatamente a una olla o sartén.
Errores más comunes que cometemos
El error está en las prisas, el calor neutraliza la alicina y hace que pierda todas sus propiedades, solo toma un minuto en el microondas para apagarlo, o 45 minutos. Por suerte, un simple cambio de cocinarlo asegura que eso no suceda y elimina el mal aliento que persiste después de comerlo.
El truco es ser paciente, después de triturar o machacar, debe reposar durante al menos 10 minutos antes de cocinarlo. Aunque se consuma crudo, se debe dejar este tiempo de exposición.
Se forma una gran cantidad de alicina en 10 minutos, y no todo desaparece cuando se calienta. Otra forma de beneficiarse de todas estas propiedades es aumentar la cantidad de ajo que se añade a los platos cocinados al fuego.