La población no suele entender muy bien los ataque de ansiedad, por eso se proviene la desesperación de quien la sufre.
Sin embargo, es importante resaltar que cualquiera puede experimentarlo en un momento dado y que no debes avergonzarte ante ello.
Los trastornos de ansiedad se encuentran plasmados en el Manual diagnóstico de los trastornos mentales (DSM-V), pero ante esta dimensión puede experimentarse tanto de forma puntual como constante.
Un impacto emociona o una situación estresante pueden desencadenar un ataque de ansiedad importante. Pero si lo experimenta, tiene la clara sensación de que va a morir, de que el corazón puede estallar.
Claramente, puede ser algo alarmante para quienes lo rodean, ya que no saben qué es lo que ocurre y reaccionan de un modo nada acorde con la situación.
Sin embargo, frases como: «todo te lo tomas a mal», «no pasa nada» o, simplemente, «cálmate, que no es para tanto», no suelen ayudar ni demostrar calma alguna a la persona que lo está necesitando.
¿Ataques de ansiedad?
Primero que nada, debemos entender el aspecto más importante: la ansiedad. Esta tiene una función el ser humano. Este estado nos avisa de la cercanía de una amenaza para podamos huir o afrontarla.
Lo ideal es poder mantener un nivel de ansiedad ajustado y equilibrado para poder motivarnos a ser más eficaces en nuestros entornos diarios.
El problema se origina cuando el nivel de ansiedad se dispara y se vuelve incontrolable. Entonces, cuando el cerebro interpreta que existe un riesgo del escapar mucho antes. Por lo que, desata una reacción orgánica:
- Incremento de una presión sanguínea.
- Aceleración de los latidos del corazón
- La adrenalina se siente en la sangre.
¿Cómo hacer frente a este estado?
El enfrentarse a este ataque de ansiedad, lo primordial es que logres afrontar los síntomas emocionales y racionales con ese miedo, lo cual es una amenaza y situación estresante.
Es importante que estés consciente que no a todos les sirven las mismas fórmulas. Pero puedes probar con algunas de estas:
- Si ves que la ropa le está oprimiendo, desabróchasela.
- Ofrécele una bolsa para que pueda respirar mejor, si notas que se está hiperventilando.
- Enséñale a regular la respiración, indícale que coloque su mano en su abdomen y con la otra en el corazón.
- Recuérdale que no está sufriendo un ataque al corazón, así que estás ahí para ayudarlo y recordarle que todo estará bien.
Por último, no olvides que existe la posibilidad de que estos ataques de ansiedad puedan repetirse en el momentos menos pensado.
Así que, la prioridad es contar siempre con una ayuda de un profesional para que puedas manejar de manera efectiva las emociones y los pensamientos.