Muchas veces el deseo de complacer y hacer felices a los hijos, lleva a que los padres no reconozcan la importancia de decir “no” a los más pequeños de la casa.
Con el objetivo de evitar berrinches, llantos y causar dolor en los hijos, los padres intentan evitar decir “no” ante los pedidos injustificados o irracionales.
El no saber negar o negociar las solicitudes de los hijos, conlleva a que los padres los malcríen incluso de forma inconsciente. Debido a su deseo de cumplir con cualquier pedido de los pequeños, sin tener en cuenta los graves efectos que este comportamiento tendrá en su desarrollo.
El miedo a cometer un acto de “maltrato”, lleva a que los padres frecuentemente se encuentren temerosos de castigar, sancionar o negociar con sus hijos. Sin embargo, el decir “no” ante las exigencias de los pequeños, es un paso importante tanto para los padres como para los niños.
Dado que decir “no”, no es un acto de maltrato o agresión –como muchos padres malinterpretan-, sino una forma de establecer límites, condiciones y acuerdos. Los cuales ayudarán a los más pequeños a entender que existen cosas que pueden obtener mediante el sacrificio, trabajo duro o que simplemente no son una prioridad en sus vidas.
Saber decir “no” es vital para el futuro
Al establecer determinados límites y acuerdos con los hijos, los padres logran obtener el poder de negociar y entablar una conversación con los pequeños. De forma de hacerle entender por qué ciertos pedidos no pueden cumplirse o por el contrario, indicarle qué acciones debe hacer para ganarse dicha recompensa.
Esta también es una forma de restablecer y reafirmar el estatus de autoridad que los padres poseen y que los hijos necesitan aprender a respetar. De esta forma lentamente comprenderán la necesidad de saber pedir las cosas y de establecer ciertas prioridades en sus vidas
Al mismo tiempo, estas limitantes permitirán que los hijos aprendan el verdadero valor de cada una de las cosas que sus padres les brindan. Sin olvidar el esfuerzo, sacrificio y compromiso que los pequeños deben asumir para lograr ser recompensados al lograr cumplir alguna tarea o meta de forma exitosa.
Por lo tanto, decir “no” y poner límites no tiene que ser algo negativo durante el proceso de la crianza. Dado que le hace entender a los hijos, que muchas veces sus deseos y pedidos no pueden ser llevados a cabo al momento deseado. Y que para obtenerlo se necesita de paciencia, respeto, obediencia y compromiso.
De esta forma los hijos se convierten en adultos que reconocen, comprenden y aprecian el valor de las cosas y de las normas. Al saber que su existencia posee una motivación detrás de ella, por lo que deben ser cumplidas sin vacilaciones. Dado que conoce de primera mano, el castigo y la recompensa que proviene de saber escuchar y aceptar los límites y normas existentes dentro y fuera del hogar.