Los abuelos son las personas más consentidoreas y brindan su amor
Los padres son la fuente de inspiración y respeto para la mayoría de los niños, dado que representan el orden, las normas. Son quienes demuestran bajo su mano firme el camino que los más pequeños de la casa deben seguir. Sin embargo, existe otra figura importante en la educación y el crecimiento de los niños, y son los abuelos.
Para un niño, sus abuelos representan un sentimiento de amor, complicidad y compañía acompañada de un amplio conocimiento y experiencias de la vida, acumuladas en estos seres, quienes son capaces de brindar un amor distinto al de un padre. Después de todo, no por nada hay quien dice, que los abuelos consienten, lo que el padre debe castigar.
La estructura familiar es importante seguir las reglas y respetar el estatus de cada uno de los integrantes, por ello, es labor de los abuelos, convertirse en ese escape mental para los más pequeños.
Mediante sus risas, abrazos, y cariño, contribuir con el estilo de crianza que han decidido sus padres. Pero siempre con un margen de libertad para romper un poco las normalmente estrictas reglas que imponen papá y mamá.
Por norma, los abuelos son excelentes consentidores, y que tienden a estar dispuestos a brindar todo el amor y cariño que poseen a sus nietos sin importar si son bebés o si son unos adultos con familias propias.
Además, debido al fuerte lazo que comparten con los pequeños, muestran una mayor empatía y entendimiento hacia las acciones de sus nietos. Después de todo, ya han tenido experiencia previa en el crecimiento de sus propios hijos, por lo que pueden comprender aún mejor, el sentimiento de los niños y brindar consejos.
Con voces llenas de experiencia y suaves manos que acumulan años de trabajo. Los abuelos son el mejor consuelo y apoyo en la vida de un niño. Además, compartiendo anécdotas, recuerdos, y enseñando a los pequeños a realizar sus actividades favoritas, como su comida preferida, o a divertirse en un juego.
Los abuelos son un regalo para la vida de todo joven, acompañándonos desde nuestra infancia, apoyando y brindando todos los mimos posibles. Regalando dulces a escondidas de los padres y empujándonos a realizar nuestros sueños. Aunque los mismos sean muy diferentes del camino que nuestros padres han trazado para nosotros.