La edad no es un impedimento para ayudar a los más necesitados, así lo demuestra el pediatra brasileño Ivan Fontoura
Quien a sus 92 años, en compañía de su esposa Eva – una enfermera de profesión – realiza visitas dos veces por semana (los lunes y jueves) como médico voluntario al puesto de salud en Praia Do Leste en Pontal do Paraná, con el objetivo de atender a los niños de escasos recursos.
Según los medios locales, cerca de 30 niños de zonas de bajos recursos. Además, se ven en la necesidad de atención médica, sin embargo, no cuentan con el dinero necesario para acudir a los centros de salud.
Por su parte, el doctor (quien se graduó en 1951 de la Universidad Federal de Paraná con tan solo 24 años), afirmó haber ganado el dinero suficiente durante toda una vida de trabajo, por lo que en la actualidad se dedica a brindar ayuda a quienes más lo necesitan.
“Ya gané dinero para ganarme la vida. Siempre estuve conectado con niños necesitados, socialmente, y quería continuar. Era necesario ayudar aquí porque la gente me conoce y termina preguntando. Ahora, entonces, con el apoyo de la salud, lo hago de manera organizada. Mi esposa me ayuda mucho, es una gran compañera” expresó el pediatra Fontoura
El doctor se retiró en 2005 tras ser el director de un hospital, donde implementó la atención humanizada a sus pacientes. Sin embargo, a tan solo un año de descanso, volvió a las calles a atender de forma gratuita a las personas sin recursos.
“Iré hasta que no pueda. Quiero morir de pie. Físicamente, sufro, trabajando sin parar, descansando solo por café, pero eso es todo. Luego nos juntamos y continuamos”, afirmó el pediatra al hablar sobre su retiro de la labor.
Debido a esta dedicación a atender a los más necesitados. El pediatra se ha ganado el cariño y respeto de los habitantes de Pontal do Paraná, quienes lo admiran por su humanitaria labor.